Quito aprueba nueva ordenanza que amplía la excepción del Pico y Placa para personas con discapacidad y sus cuidadores

Quito aprueba nueva ordenanza que amplía la excepción del Pico y Placa para personas con discapacidad y sus cuidadores

Con 16 votos a favor, el Concejo Metropolitano de Quito aprobó una ordenanza que regula y amplía la excepción de la restricción vehicular “Pico y Placa” para las personas con discapacidad y su entorno de cuidado. La medida busca garantizar el derecho a la movilidad, promover la inclusión y reconocer el rol fundamental de quienes brindan cuidados permanentes en el Distrito Metropolitano de Quito.

En la capital, el Pico y Placa rige de 06:00 a 09:30 y de 16:00 a 20:00, horarios que durante años representaron una barrera para miles de familias que necesitaban movilizarse para acudir a terapias, centros educativos, consultas médicas, trámites o actividades laborales. Hasta ahora, la excepción solo aplicaba cuando la persona con discapacidad se encontraba dentro del vehículo, lo que obligaba a muchas familias a detener su rutina o esperar a que termine la restricción para poder movilizarse.

Con la nueva normativa, esta limitación cambia. La ordenanza permite que las personas con discapacidad y sus familiares o cuidadores puedan circular durante el horario de restricción, incluso si la persona no se encuentra en el vehículo en ese momento. De esta manera, se reconoce que la movilidad no se limita a un solo trayecto, sino que responde a una dinámica diaria que no puede quedar sujeta a una restricción horaria.

La medida beneficiará a cerca de 25.000 personas en Quito y establece un plazo de 90 días para el registro de los beneficiarios y la definición de los mecanismos de control. Durante este proceso, se podrá inscribir un vehículo y hasta tres licencias en la Agencia Metropolitana de Tránsito, lo que permitirá circular sin restricciones dentro del horario del Pico y Placa.

Aunque la medida mantiene vigente el sistema de restricción vehicular, introduce un enfoque más inclusivo al considerar las realidades de las personas con discapacidad y de quienes las acompañan. Se trata de un cambio que impacta directamente en la vida cotidiana de miles de hogares y que representa un avance en el reconocimiento de derechos y en la construcción de una ciudad más accesible y equitativa.